lunes, 25 de marzo de 2024

¿Me reconocerás?

Yo era el caballo al que dejas
Atado a la espera de que vuelvas.
Y me sentí obligado
a esperar.

Ni sorpresas, ni reinos, ni barajas
Ni auroras boreales
Ni cruz, ni norte
Ni aire, ni madrugada,
Ni impaciencias, ni sosiegos
Ningún discurso
Me ha movido.

El humo se hace eternidad.
Pago la cuenta de mi guarda.
Ha pasado un breve tiempo
Lluvia, sombras, luz, muerte.
Silencio.

Mi destino es esperar.
Mi destino es esperar.

Ya no soy, más que un lienzo despintado,
aún con el bridón, intacto.
¿Me reconocerás?

#EsdrasCamacho

jueves, 29 de febrero de 2024

Ideas Descabelladas

#OdiseasPosmodernas

Esdras Camacho 

Ideas Descabelladas.- 



 Visito regularmente al peluquero, no lo hago porque tenga una melena al estilo Mel Gibson en la película Corazón Valiente, si no más bien, para emparejar la barba, que esa si es prolífica. 


A mis veintitantos, noté que me quedaba sin cabello. Quizá tuve esa aflicción, no lo recuerdo.


Heredé la frente amplia y también otras características de mis abuelos paterno y materno, las he abrazado con entusiasmo, la genética es verídica. Más allá de “encontrarle pelos a la sopa”, entendí que eso era el regalo irrenunciable. 


Luego de que en la infancia y adolescencia tenemos una autoimagen que no corresponde con el presente el no tener cabello, produce pesadumbre… a algunos, a mi no. 


En días pasados el peluquero, que de ordinario no habla gran cosa. Me hizo platica con el tema de las canas en la barba. “¿No ha intentado pintarse las canas?”, dijo, a lo que yo le respondí que sí, si había oportunidad, un día de estos, lo haría. 


Continuó, “Aquí han venido de todo tipo de personas con alopecia, unas más notables, otros incipientes, no todos se aceptan,”. Y me contó de dos en específico.  


“El primer caso, se trata de un joven menor de 30, siempre usa gorra y se le ven los cabellos que le salen en la parte de la nuca. Generalmente llega a mediodía, se sienta a esperar su turno, pero siempre lo cede, cede su lugar, lo cede de nuevo al otro, decide esperar que vayan pasando incluso los que llegan después de él y ya, cuando ya no hay en la sala de espera nadie, siendo cerca de las 8 de la noche, entonces se levanta de su asiento, se acomoda en el sillón frente al espejo y se quita la gorra. No me gusta que me vean, no quiero que me vean a así, no me siento cómodo dice. Pero yo ya le dije, que mejor se venga a las 7:30 pm, para que no tenga que esperar tanto, y además no pasa nada, yo creo que ninguna persona se fija en él, cómo el piensa”. 


“El segundo, un hombre maduro, de escaso cabello, pide su corte, pero no lo quiere frente al espejo, siempre me hace mover el asiento para la pared, donde no se ve. Dice que no se ve nunca al espejo, porque no está a gusto, ¿Nunca, le pregunto? ¿Y cómo le hace cuando se corta el bigote?, - Me corto y solo me veo en el ovalo de un espejo de mano, muy pequeñito. No sé porqué no le gusta verse. Prefiere no tener espejos y acá se me hace raro que insiste en que mueva de lugar el asiento, para que él no puede mirarse”. 


Todos sabemos las etiquetas, mitos y prejuicios que hay sobre estar calvo, pero son justo etiquetas desacertadas. Yo le encuentro las oportunidades, como ahorrar tiempo porque no te detienes a peinarte para nada, evitas el shampoo, gel o secadores, y si te da frío, nomás usa siempre un sombrero o gorro y, ya está. 


Me pregunta – y, ¿Usted como sobrelleva su calvicie?

- Ni a favor, ni en contra. Es una pérdida de tiempo preocuparse u ocuparse de temas en los que no está a nuestro alcance. 

- “Verdad que así debe ser”. 


Es cierto que alguna minoría se burla de la calvicie ajena. Supongo que suponen que se está incapacitado para la seducción, o para otras prontitudes.   


No deberíamos quejarnos de nuestra suerte, habemos en la faz de la tierra humanos como las aves, tamaños y colores distintos. 


No pasa nada. 

 

Pare de sufrir. 



miércoles, 28 de febrero de 2024

Las palabras que más me agrada oír.

 #OdiseasPosmodernas

 Esdras Camacho*

Algunas están acá: 


      “Buenos Días”

Los buenos días, es el inicio, la apertura, las ventanas, la luz. 

Yo no estoy contento si no lo escucho, el día no comienza, lo doy y espero recibirlo. 


     “Ven a comer”

La oportunidad de escucharlos, de verles, sentirles, acompañar a mis seres cercanos, es siempre bienvenida, me fascina el momento en puedo influenciar con mis comentarios y consejos, allí también se convoca la bendición del universo, es el núcleo que le da eje a mi universo. Me encanta cuando inician el ritual y pronuncian “En el nombre del padre, del hijo… y”. 


     “El gusto es mío”

Me agrada encontrar gente sensible, amable, empática, aquella que aun sin conocerte a profundidad, se ofrece. 


Tengo muy presente el hecho de que el mejor obsequio es el tiempo, que te lo regalen, presten con motivo o sin motivo es agradable, por eso, al principio o al final, siempre y cuando sea sincero me gusta que escuchar esa frase.


     ¡Vamos!

Me llena de inspiración quien se atreve a decir vamos, como promesa, como garantía de acompañamiento. A lo que sea, siempre que te digan vamos, puede ser especial lo que sea, uno no tendría porque tener temor si estás acompañado de alguien entusiasta, puede ser un paseo, a la biblioteca o un café, si vas, voy. 


     “Camarada”

Todos cabemos en el mismo barco y todos necesitamos de todos. 

Seres “luminosos” llamados sabios han predicado desde remotos tiempos que para alcanzar la paz hay que amar al prójimo como a uno mismo. Por eso tener compañeros, camaradas y amigos es la mayor de las riquezas. 

 

     ¡Te perdono, lo olvidemos! 

Hay que disculparse, sabedor de que somos torpes, cuenta le leyenda 5 minutos al día. Tropezamos al malinterpretar una acción, al ser incongruentes con la confianza depositada. 

Menos dramas, más humildad [por favor].  Me agrada escuchar y pronunciar también esas palabras. 


     “Amén”

Amén es una palabra maravillosa, porque me recuerda que es la respuesta a todas las pretensiones e ilusiones. La confianza de que sucederá, si debe ser. 


Amén aparece 30 veces en la Biblia hebrea.

Esta plegaria me ubica en el plano de la esperanza. Decimos Amén, muy pocas veces. 


No deberíamos dar falsedades en su pronunciación. Amén es “La verdad”. 


Que sea así.


viernes, 9 de febrero de 2024

Extraño a mis amigos

 Extraño a mis amigos, quienes se embarcaron en el viaje sin retorno. 


A los que mudaron de hábitos. 

A los que cambiaron su residencia. 

A los que dejaron de escribirme, de hablarme, de visitarme. 


A los que cambiaron de creencias, y religión y ahora se lo prohíben . 


A los que le niegan el permiso. 

Extraño también a los que ofendí… ofrecí disculpa y no se reconciliaron. 


Los extraño. 

A los que el ego se les ha mimetizado. 

Extraño también a los que, por temor, por complejos, por culpa, se hicieron a un lado. 

Aquellos que, por pequeñas flatulencias internas y desconocidas, me abandonaron. 


Los invoco, y los bendigo, cada que tomó un buen sorbo de mi bebida preferida. 

Vino, agua o café. 



Extraño a mis amigos

#EsdrasCamacho 

09/02/2024


jueves, 4 de enero de 2024

José Agustín aúlla


José Agustín aúlla
#OdiseasPosmodernas
Esdras Camacho

Me entero que José Agustín, recibe la extremaunción, y es una obviedad que se despide. 

Recuerdo haber leído y regalado sin leer algunos de sus libros, el más memorable La tumba, que sacudió el escenario de las letras, siendo el autor un adolescente. 

La literatura bajo un chorro de filtros esa que se enseña en todos los niveles educativos otorga siempre fragmentos de textos light, sin esa pasión vibrante de los autores, azúcar fina, en vez de melaza, vino a ser sacudida. 

No recuerdo quién nos habló por vez primera de “la literatura de la onda”, lo que si sabíamos es que por más que sus autores rehuían de esa etiqueta, como en zona pantanosa, más confirmaban que ese era su territorio. 

Como estudiantes de Comunicación, no era obligatorio la literatura en sí, fue siempre como opcional, no obstante, a aquellos que traíamos ese hábito desarrollado desde la preparatoria, tomábamos todo, para ir administrándonos de manera autodidacta la mayor cantidad de textos escuchados en boca de los profesores. 

El lenguaje que antes fue sacralizado, se plasmó con desnudez en la narrativa contemporánea. Era imposible no reconocer el talento de esos narradores, no es que fueran transgresores a ultranza, es que la sociedad seguía siendo más que mocha.  

En estados unidos un movimiento artístico de gran reputación y que sin duda es influencia directa de la Onda en México fuero los betniks, aunque ahora estén pasados de moda para la industria, modelaron su propia generación y las siguientes. Yo me complazco de estar siempre regresando a esas lecturas, como un obsesivo viaje circular. 

Sus temáticas adolescentes siempre nos ubican en el plano de no tomarse en serio la vida, de seguir el hilo de una conversación que divaga y al mismo tiempo es coherente, era la época de la irreverencia ante la lápida vertical de respeto que nos habían enseñado en el hogar, y que al menos en las letras, podían caricaturizar. 

Algunas voces decían que el verdadero padre de la literatura de la onda, es Parmenides García Saldaña, pero ya en la cancha de juego, Gustavo Saínz, René Avilés Fábila, José Agustín entre otros, se pasaban el balón en rivalidad amistosa. 

Durante los noventa, José Agustín en la revista “La Mosca en la pared”, nos ilustró con sus amplios conocimientos musicales con reseña y crítica de ciertos grupos de rock. La historia siempre era una burla, un reto, una provocación. Quien no soporta a José Agustín, no se lo merece. 


Estoy leyendo “Dos horas de Sol”. Y me acordé de Vladimir, su fiel lector, le envíe el texto en pdf y me respondió con un emoticón de pesadumbre, la frase: “Se va el maese”. 

Imposible no asociar su narrativa al rock, acudo a Spotify. Busco a Eric Burdon, y me aparece Eros Ramazzoti.

Siguen siendo tiempos ruidosos y espejos fascinantes. 

José Agustín aúlla.

martes, 2 de enero de 2024

Sé tú el rock, que deseas oír.

 Sé tú el rock, que deseas oír. 

Calmoso, radiante

Psicodélico. 


Sé tú el rock 

el estribillo insuperable  

Triste o explosivo

incomprendido 

Comparte tu cantar.  


¿No estás de moda?

¿Te importa eso?


Aun confusas, aun Anónimas.  

Incompletas


Todos somos melodía

En espera de ser escuchadas. 


Sonrisas cóncavas

Deseando ser lloradas.


#EsdrasCamacho