miércoles, 26 de junio de 2024

Urge

 En el extremo opuesto a la música sacra, clásica y culta se hallan las composiciones populares que recitan de memoria, pregonan y entonan a todo volumen, la masa, el pueblo, la barriada. 


Recuerdo la clase que nos compartió el profesor de español, en la que nos habló del latín vulgar y el latín culto, el segundo que era fundamentalmente el mismo que el primero, pero sin formalismos, sin oropeles y sin estilo. 


Aun a pesar de la prohibición de las élites y del esfuerzo institucional por que no se divulge, la música popular y sus coplas satíricas y “Vulgares” llegan formar parte de la personalidad, idiosincrasia e identidad de la mayoría. 


Lo sencillo de sus temas, la facilidad para memorizarlas, lo simple de su contenido lo vuelve tan accesible. 


En México existen varios compositores que incluso sin conocimiento musical, han dado a la sociedad temas que se han tatuado en la memoria, y pareciera que nacemos y morimos con esas canciones. 


En la plaza Garibaldi, hay un pedestal para algunos de los más sobresalientes intérpretes y compositores de la música ranchera, que nos identifica en el continente entero y que a diario escuchamos en algunas estaciones de radio. 


Hay estatuas de Lola Beltrán, Tomás Méndez Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Manuel Esperón, Juan Gabriel, Miguel Aceves Mejía y Javier Solís en la Plaza Garibaldi, la plaza del mariachi. Pero faltan. 


Quizá deba de haber una para Joaquín Sabina, que incluso sin ser mexicano igual que Chavela Vargas le dio a México al menos una composición que se ha incorporado al cancionero popular. 


Falta también una para Martín Urieta, autor de Mujeres Divinas, Qué de Raro Tiene, Bohemio de Afición, Acá Entre Nos, Compréndala, Jaula Dorada, Mi Vejez, Paso a la Reina. Es él el autor de más de 800 canciones, varios éxitos de Vicente Fernández el máximo ídolo de la canción ranchera contemporánea. 


Seguramente ha escuchado algunas de sus canciones, aunque sea involuntariamente. Las letras son desgarradoras, profundamente filosóficas, mortalmente dolorosas. 


Aquí le doy un ejemplo

“Con mi dolor, Causando penas voy rodando por ahí. 

No hay una frase de cariño para mi, Todos me miran con desprecio y con rencor.  

[…]Urge

Que me despierten con un beso enamorado, Que me devuelvan el amor que me han negado

Porque también tengo de derecho de vivir”

- Fragmento de “Urge”, letra de Martín Urieta.- 


Le ánimo a explorar la música popular mexicana, hay mucha cultura, hay ahí un reflejo de lo que somos, fuimos y seremos. 


Urge, si no quiere estar exiliado de la realidad mexicana. 




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