sábado, 26 de diciembre de 2015

A qué dedica el tiempo libre...

Hay tantas letras, vivencias, sonidos que son recuerdos y que por supuesto nos emocionan, son experiencias y enseñanzas, son aprendizajes, hoy desde que no está a mi lado son motivos para continuar como si estuviese conmigo, como si estuviese con nosotros, porque él está en todos lodo. A veces voy y me consuela, me aconseja, me aclara, como si fuese cierto yo lo percibo, yo acepto su ausencia, y ese vació  lo ignoro.

No hace falta invocarlo, él aparece justo cuando estoy necesitando serenidad. Me parece verlo disfrutando junto, caminando, riendo, sonriendo, apreciando, observando, explorando, jugando a ser niños, inventando escenarios, sorprendiendo al mundo, descubriendo una forma auténtica de vivir, un estilo feliz de ser.

Extraño tanto a Daniel, repetidas veces lo sueño y mi corazón se inquieta.


Todos en casa te esperamos, o mejor dicho, sabemos que estás bien y si cualquiera de nosotros hubiera partido antes, estarías dando fortaleza a la familia.


Trabajamos para olvidar que no estás físicamente.


Hoy hago un viaje,  no tengo nada que contarte, porque estoy seguro que vas en mi.


Eres tan esencial.


Dios te bendiga.

sábado, 12 de diciembre de 2015

El placer de leer

El placer de leer


Los libros de Perrault y los hermanos Grimm de la biblioteca de mi pueblo fueron nuestro mayor descubrimiento… mi hermana y yo disfrutamos mucho cuando nos dijeron que podíamos llevarlos a casa y renovar el préstamo cada 3 o cuatro días, por supuesto durante semanas y semanas pedimos no solo esos, sino otros muchos de la misma estirpe. Me acuerdo de uno, más o menos me acuerdo, debería decir tengo algunos borrosos recuerdos de la lectura de un texto que hablaba de un sujeto que encantaba a las multitudes devorando pollos con todo y plumas esa era su condición extraordinaria y por supuesto su modo de ganarse la vida, trabajo y placer iban juntos como penitencia y como premio a su talento.

Pero ese no es el tema, sino que los libros han llenado mi personalidad y mi alma, definen mi yo interno y externo, los textos que he consumido me han alimentado, me han dado naturalmente la posibilidad de vivir muchas vidas, de experimentar tragedias sin sufrirlas en persona y emocionarme con travesuras indómitas de personajes fantásticos, mucho de los personajes ficticios de grandes escribanos me han sorprendido.

Un día escribí en el Facebook: “Hoy me llamo José Arcadio” y unos pocos amigos entendieron la alusión a la obra de García Márquez. También tengo muy presente aquella frase atribuida a Jorge Luis Borges en la que expresa “Presumo más de los libros que he leído, que de los que he escrito”. Mi mejor vivencia es tener amigos reales que igual se elevan con la escritura, siento con ellos que me comparten un tanto del halo mágico de su talento, me gusta ser camarada de ellos y les hago saber su soy su adepto.

Amo la literatura, amo el talento de cada uno de los que han entregado su energía en la construcción de los seres, terminar  (de leer) un buen libro es como dijo recientemente alguien en las redes instalar nuevas aplicaciones  en el cerebro,  quiero a pesar de las complicaciones actuales seguir instalando muchas, leer siempre será mi mejor consuelo.

Leo entrevistas de escritores y dicen que en su casa o en su familia siempre hubieron en su infancia gente culta, bibliotecas envidiables, sus padres o sus  familiares tenían invertido varios pesos en libros y pienso…  y, yo que había pensado deshacerme de muchos para no tener que caminar  de zigzag e inclinado  entre ellos; volvió mi compromiso con ellos y más cuando hace unos días mi hijo de 3 años me recontaba  el final de la historia del “Patito feo” de  Hans Christian Andersen dijo: “Cuando el patito feo se convirtió un hermoso cisne, regresó al estanque en donde había sido maltratado y… todos lo miraron, cuando su mamá (que fue la primera en rechazarlo por feo) lo vio de nuevo dijo: Ese era mi hijo.. Hay que bonito pato Feo”.

Me divertí y me pregunté cuanto en un texto hemos aprendido varias generaciones, por lo pronto mi hijo ha aprendido algo, algo que está más allá de su lenguaje y del mío, es simplemente la vida a través de las letras.


Gracias queridas letras, gracias escribanos y escribanas.