jueves, 4 de enero de 2024

José Agustín aúlla


José Agustín aúlla
#OdiseasPosmodernas
Esdras Camacho

Me entero que José Agustín, recibe la extremaunción, y es una obviedad que se despide. 

Recuerdo haber leído y regalado sin leer algunos de sus libros, el más memorable La tumba, que sacudió el escenario de las letras, siendo el autor un adolescente. 

La literatura bajo un chorro de filtros esa que se enseña en todos los niveles educativos otorga siempre fragmentos de textos light, sin esa pasión vibrante de los autores, azúcar fina, en vez de melaza, vino a ser sacudida. 

No recuerdo quién nos habló por vez primera de “la literatura de la onda”, lo que si sabíamos es que por más que sus autores rehuían de esa etiqueta, como en zona pantanosa, más confirmaban que ese era su territorio. 

Como estudiantes de Comunicación, no era obligatorio la literatura en sí, fue siempre como opcional, no obstante, a aquellos que traíamos ese hábito desarrollado desde la preparatoria, tomábamos todo, para ir administrándonos de manera autodidacta la mayor cantidad de textos escuchados en boca de los profesores. 

El lenguaje que antes fue sacralizado, se plasmó con desnudez en la narrativa contemporánea. Era imposible no reconocer el talento de esos narradores, no es que fueran transgresores a ultranza, es que la sociedad seguía siendo más que mocha.  

En estados unidos un movimiento artístico de gran reputación y que sin duda es influencia directa de la Onda en México fuero los betniks, aunque ahora estén pasados de moda para la industria, modelaron su propia generación y las siguientes. Yo me complazco de estar siempre regresando a esas lecturas, como un obsesivo viaje circular. 

Sus temáticas adolescentes siempre nos ubican en el plano de no tomarse en serio la vida, de seguir el hilo de una conversación que divaga y al mismo tiempo es coherente, era la época de la irreverencia ante la lápida vertical de respeto que nos habían enseñado en el hogar, y que al menos en las letras, podían caricaturizar. 

Algunas voces decían que el verdadero padre de la literatura de la onda, es Parmenides García Saldaña, pero ya en la cancha de juego, Gustavo Saínz, René Avilés Fábila, José Agustín entre otros, se pasaban el balón en rivalidad amistosa. 

Durante los noventa, José Agustín en la revista “La Mosca en la pared”, nos ilustró con sus amplios conocimientos musicales con reseña y crítica de ciertos grupos de rock. La historia siempre era una burla, un reto, una provocación. Quien no soporta a José Agustín, no se lo merece. 


Estoy leyendo “Dos horas de Sol”. Y me acordé de Vladimir, su fiel lector, le envíe el texto en pdf y me respondió con un emoticón de pesadumbre, la frase: “Se va el maese”. 

Imposible no asociar su narrativa al rock, acudo a Spotify. Busco a Eric Burdon, y me aparece Eros Ramazzoti.

Siguen siendo tiempos ruidosos y espejos fascinantes. 

José Agustín aúlla.

martes, 2 de enero de 2024

Sé tú el rock, que deseas oír.

 Sé tú el rock, que deseas oír. 

Calmoso, radiante

Psicodélico. 


Sé tú el rock 

el estribillo insuperable  

Triste o explosivo

incomprendido 

Comparte tu cantar.  


¿No estás de moda?

¿Te importa eso?


Aun confusas, aun Anónimas.  

Incompletas


Todos somos melodía

En espera de ser escuchadas. 


Sonrisas cóncavas

Deseando ser lloradas.


#EsdrasCamacho