sábado, 16 de enero de 2016

La belleza

Queridos hijos:




Ustedes aún son pequeños, los veo ir y venir y mi entusiasmo crece, pero también me adelanto a pensar en el mañana, en las fechas venideras y lo que conlleva, alguno sino ustedes ha de sembrar la incertidumbre, ustedes tarde o temprano serán llevados a ese momento en que ninguna respuesta da contundencia tangible, en donde lo abstracto cobra importancia, algo que está más allá de símbolos y representaciones matemáticas, teoremas filosóficos o científicos, ¿Para que sirve vivir?.

La vida tiene solamente un fin y un destino: disfrutar.

La sociedad de hoy ha avanzada en todos los sentidos, hoy  es cotidiano lo que apenas 20 años era inconcebible, sin embargo a pesar de todo lo negativo, positivo difuso que tenga la modernidad, no olvides el fenómeno físico del alumbramiento matutino y el resplandor de los astros al anochecer.

¿Qué más explicación merece la belleza?. Solo disfruta, solo aspira, solo enfoquen se  concéntrense nada está por encima, nada está antes de todo que aspirar, respirar, iluminar tus ojos con las maravillas que hay dentro, fuera, abajo, arriba de la tierra y que es nuestra casa. Ningún regalo será igualado al placer de disfrutar de eso.

Tenemos que ser agradecidos y recordar que solo somos un complemento. Naturaleza – humanos.
Universo – almas.


 No perdamos tiempo en los recovecos de las frases pseudomotivantes, que más motivación que la belleza.

Al vivir ayudemos a alguien a desarrollarse, pues la simbiosis de nuestro paso en el mundo es vivir mientras viven todos los demás elementos que componen la vida.

Alégrense, hay todavía mil razones para agradecer la vida, la mayoría de estas están opacadas por el brillo de lo superfluo, por el encanto de la tecnología que hace sentir que lo primordial es estar conectado a un dispositivo electrónico, pero … lo elemental somos nosotros, lo esencial no necesita artificialidad, vivan ahora conscientes de la magia viva que son sus ojos y la dicha enorme de aquilatar cada experiencia que contribuya en su crecimiento.

Sean responsables de lo que hacen y agradezcan primero. 

Les entrego todo mi amor, por cada día de mi existencia.

Papá.