martes, 29 de enero de 2019

La necesidad de la enseñanza moral


La necesidad de la enseñanza moral


Esperar la cosecha sana y abundante cuando no se ha invertido horas en el cuidado y atención en los cultivos es absurdo y no obstante es una practica recurrente en la sociedad actual, ofrecen libertades a sus hijos creyendo de esta forma sustituir viejos modelos de enseñanza, rehusando tomar el tiempo para educar en la moralidad, al final los resultados son de desesperanza.

Algunos padres satisfechos me han presentado con orgullo a sus hijos adolescentes y yo le agradezco la oportunidad de estrechar los lazos de afinidad que me unen con sus padres y advierto: “Los hijos son el reflejo de los papás, así que a través de ti, voy a conocer más tus papás”, quedan con boca y ojos abiertos, pero este dilema inocente, más tarde los ubicará en la realidad circunstancial de una verdad, somos lo que construimos.

Así que sería conveniente que a través del diálogo se insista en la educación familiar como modelo de conducta, ya que lo que no da la escuela, es requisito ofrecer en casa.

No estaremos para siempre tras nuestros hijos, lo que hayamos transmitido les acomañará todo su camino independiente, y en la medida que hayamos invertido tiempo en la alimentación espiritual será la dote de conocimientos filosóficos con los que se desenvuelvan.

Hoy, se piensa que eso está superado con la educación que se obtiene en otros medios, sobre todo los tecnológicos, pero, día a día comprobamos que algunas cosas no cambian y no podemos ceder nuestra responsabilidad a otros, ni a nada, ni nadie. Mi abuela me educó, mis padres también, yo educo hoy, y aunque me digan es demasiado, creo: “nunca es demasiado”.

Los valore de cooperación de buena voluntad, de respeto, empatía, solidaridad eso se aprende con el ejemplo, seamos perseverantes y constantes, de tal forma que el lazo moral educativo dado en casa sea de un grosor superior a la andanada de superficialidades que a diario están expuestos en los supuestos medios educativos fuera del hogar.

Esdras Camacho Jagger
29/01/2019

lunes, 21 de enero de 2019

Mi nombre



Mi nombre en un primer momento no fue así como ahora, me llamé Milton Esaú, y me cuentan que mi padre se había quedado frustrado porque deseaba que su hijo tuviese un nombre distinto, el nombre que guardaba era Esdras, ignoro la razón exacta pero el hecho es que a la menor provocación se insinuaba que estaba inconforme con la decisión tomada.

Así que un día mi madre y adelantándose al futuro en caso de que mi papá cumpliese su deseo con otra familia propia o ajena, le dijo cuando yo ya tenía cuatro años, “Ve y pide en el registro civil que le pongan al niño el nombre que tu quieres”. Ni tardo ni perezoso fue a pedir de favor a la oficinista que era conocida y amiga de la familia la corrección que significó una enmienda con corrector en el libro de actas.

A partir de ese momento dejé para siempre de ser Tony, para ser Esdras Esaú.

Un día mis tíos dijeron, “no ya no se llama Esaú el niño, y, yo dije si me llamó Esaú, pero ya no Milton”

Muy pronto investigué el origen y la historia de ese nombre.

De acuerdo a las sagradas escrituras, Esdras es un cronista hebreo que redacta la historia de la destrucción y reconstrucción de un templo en Jerusalén. Yo supe de la importancia del nombre, pero también agradecí mi nombre pues no es cosa sencilla tener un nombre con tamaño linaje.

Cuando comencé a pronunciarlo hasta para mi era un tanto difícil, silabearlo, y algunos maestros decían, ¿mejor te digo tu segundo nombre, verdad?.

En la escuela me dijeron Esaú, hasta quinto o sexto grado, y en toda la secundaria hasta la actualidad soy conocido por el primer nombre.

Recuerdo me preguntaban el significado y solía dar una explicación bastante resumida, dícese del escribano o secretario del rey, de la tribu de los esenios, cerca de Persia en el mediterráneo.

En la Universidad un día solicitamos permiso para ausentarnos tres días de clases, mis compañeros Vladimir, Victor Hugo, cuando el maestro pidió nuestros nombres para autorizarlo en su lista dijo, ¡Jo burro!, puro nombre artista tienen.

Ahora con la explosión de las redes de la telemática veo que si pongo Esdras Camacho en el buscador me aparecen como cien homónimos, pero yo conocía pocos Esdras, la singularidad del nombre se debe a que es poco convencional, quizá por su sonido, quizá por su origen bíblico.

Tengo un familiar llamado Esdras Nehemías Roblero, un amigo de la Sierra que fue presidente de su municipio llamado Esdras Mehujael Roblero Gómez y mi hijo Halyl, al que mi esposa quiso ponerle ese nombre no solo por homenaje a mi, sino a su hermano que se llama Nabor Esdras Velázquez.

Esta es la historia de mi nombre, mi hijo quizá un día explique también el motivo de su nombre, pero … esa es otra historia.

martes, 1 de enero de 2019

Ascenso al Tacaná II - No te detengas


Escuchar a la montaña es escucharme

 Una frase ¿Qué tal si si?... he estado disfrutando ponerme en acción hacía algunas actividades que quizá requieran destreza, pero recuerdo a un alguien diciéndome en una plática su mantra personal “hace más el que quiere, que el que puede”.

 Soy una persona que disfruta de la aventura, pero también del reposo, un hombre citadino más cercano de lo segundo que de lo primero, no obstante, vivo imaginando escenarios en los que se nos permita tener libertad y sus beneficios, precisamente eso es la respuesta a ¿a que vas a la montaña?



 El volcán Tacaná se ubica en el límite con la República de Guatemala, es una montaña compartida, tiene 4092 metros sobre el nivel del mar y la mayor parte del año tiene una temperatura promedio de 15 grados centígrados, recibe anualmente dos visitas en fechas bien definidas, en diciembre y en Semana Santa. Yo he ido en siete ocasiones y con entusiasmo iré otras siete o las que vengan. Anteriormente hacía la invitación a conocidos a sumarse al reto, pero todos tienen cosas más importantes que hacer, y he dejado de hacerlo. Voy solo o acompañado.

Luis quiso, por segunda ocasión acompañarme. Le pregunto qué consejo darías a quien quiere incursionar acá, responde que elijan a un buen compañero. Ya sea que vayas o que vengas del volcán ya estás beneficiándote del diálogo interno y de la bocanada de inspiración que la experiencia te proporciona.

Hay un lenguaje entre la montaña y tu, quizá creas que es una locura y ciertamente lo es, pero ¿a poco no conviene de vez en cuando vivir un poco loco? Mientras avanzas hay que vaciar los pensamientos, sin expectativas y sin pensar en algo, solo fluir hacia la montaña. La primera vez que vine tenía 17 años, recuerdo haber descendido alegremente a brincos, hoy es distinto, pero también somos ejemplo de constancia y resistencia, pues escucho decir papás a sus hijos adolescentes: “Vean a esos dos… si ellos pueden; ustedes también”.

 Luis también va absorto y cuando tenemos comunicación coincidimos en los descansos breves pero continuos y retomamos la marcha en silencio… en algún momento va recitando algo, y creo que es una canción, pero cuando le pregunto me dice que es una oración cabalista que tiene referencia con el consuelo Atoh, Malkuth Le Olahm “Eres el poder la gloria eterna”.

 Son nueve horas continuas hasta el cráter, incluyendo descansos y una hora de desayuno, el reto es subir el primer día y descender el siguiente, pernoctar en el cráter.

Allá arriba todos somos hermanos de la montaña y tenemos el consuelo unísono de estar agradeciendo el año que termina.

 Pienso en mis hijos, pienso si querrán explorar conmigo o solos este lugar, ¿cómo los motivo a disfrutar esta caminata? Y solo se me ocurre dejarlos ser, solo a través de mi testimonio que sepan que no me resistí a los encuentros con la montaña, la gocé y la escuché decir: no te detengas.

Diciembre del 2018
                                                                                    #Tapachula Chis.