miércoles, 5 de octubre de 2011

Me hubiese gustado seguir siendo tuyo

No hubo más mensajes, ni un saludo, un "ven te necesito"--- supongo que el silencio el más claro de los códigos de que ya no hay interés, que nada atractivo, nada incita tu curiosidad. Me atemorizaba el dolor, y fue la crónica de una segunda despedida anunciada. Tengo un millón de suposiciones, y quizá tú también. Comprendo estás molesta, sólo que también eso ha de pasar, por suerte nada es permanente. Cada día, abría el correo para saber si habían noticias tuyas, aunque fuesen malas, y mira que cuando eran malas, si eran mayúsculas, tu estilo incisivo, corrosivo, mortal, no he visto reacción de enojo más colérico más que en las películas de donde aparecen heroínas como Juana de Arco, Elizabeth o Helena de Troya. Nunca hubo nada. Los días siguientes a no encontrarte ni tener señal tuya, me invadió una tristeza, un decaimiento físico y emocional, un no sé ni como me llamo, que dormía hasta pasada las trece horas... y me iba a donde tenía que estar con el ahogo a flor de piel, sin rendir, sin querer sonreír, sin que hubiese algo que me motivara. Hay un poema que dice, me dueles y me gusta que me duela, pero a mi no, a mi no me gusta dolerme de tu ausencia, en fin. Nunca pensé que sobrarían letras para aceptar tu adiós. Sé que no hay un lugar para mi, y querer pegarme a ti, como las rémoras a los grandes, es una aberración. Mala suerte, como dijera la canción otra vez a llorar por los mismos dolores. La emoción que me provocaste, fue de las más intensas, vale la pena, lo que venga, tu amor o tu desprecio, tu buen o mal recuerdo recuerdo, tu odio, incluso. El amor que me diste no estuvo equivocado, nunca pienses eso, fue correspondido y llenó mi vida, de un valor que no me alcanzaría el tiempo de agradecer. Superó toda experiencia. Corazón, ya que así me llamaste... Si existe Dios, que te dé larga vida, paz y salud. pd.- Está de más que lo diga, y sin embargo; AQUÍ ESTARÉ, POR SI ALGUNA VEZ, ME LEVANTARAS, (sería la gloria).