jueves, 9 de mayo de 2024

Morirse en día de muertos

 Morirse en día de muertos. 


Según el conocido ritual del día de muertos, es la oportunidad de convivir los muertos y los vivos; ese día se trajina con la ornamentación y las viandas, para demostrar que se les extraña “a los que se adelantaron”. En la vigilia se cuentan historias y anécdotas de quien descansa en paz, en el más allá. 


Como la tradición lo indica es día feriado, por tanto, en la mayoría de empleos y oficinas no se labora, así, los familiares han apartado el día para el reencuentro, viajan larga distancias para la ocasión. 


Casi siempre ocurre que alguien muere en pleno día, el dos de noviembre, es como si tomara esa decisión de manera sabia, es como decirles a sus deudos, “vengan a la fiesta yo pongo el motivo”. 


Morirse en esa fecha es como atinarle al centro en un juego del tiro al blanco, un acontecimiento de singularidad, como sacarse la lotería o meter un gol de penalti; que precisión morir en día de muertos. 


Sabedores de que la atmósfera ya es lúgubre, el altar está puesto y hay mucha comida y bebida para aprovechar.  Los vecinos comentarán ¡Que coincidencia…Qué precisión! ¡Que oportuno! 


El que se va, será recordado previsor, metódico y ocurrente. 


Aunque uno de los contras puede ser, que haya mucho tráfico y congestionamiento en el camino al cielo, porque unos van… y otros vienen. 


#EsdrasCamacho


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