lunes, 3 de febrero de 2020

El poder de la filosofía

#odiseasposmodernas

El poder de la filosofía
opinión/Esdras Camacho

El control de nuestras emociones nos ahorraría bastante sufrimiento y dinero.

Por no conocernos se llenan las cantinas, por no superar traumas se saturan los hospitales, por no filosofar nos gastamos la vida en perseguir el ideal de felicidad que desde el esquema capitalista se nos ha enseñado a pensar.

Hay muchísimo discurso trivial disfrazado de esencial, parafraseando a José Ingenieros en su libro “El hombre Mediocre”, mucho espíritu palabrista engañabobos.


Demasiadas voces de nuevos profetas de la motivación pululan en varias tribunas, por distintos medios hay charlatanes metidos a conferencistas que al estilo de los sofistas de la antigüedad enseñan a pensar y vivir de acuerdo a un modelo de un pensamiento positivo, en el que sentirse triste y vacío es anormal y fácil de solucionar.

¿Cómo filosofar? He ahí el primer punto de inicio, todo el tiempo se pregona la comunicación como panacea de los males sociales, el diálogo con otros es vital para avanzar, pero poco se atiende el hecho de tener una comunicación intrapersonal que permita tener diálogos internos con nosotros mismos, con esa conciencia o alter ego, con ese subconsciente que somos nosotros mismos y que no reconocemos fácilmente.

“Siempre se llega a alguna parte si se camina lo bastante” dice el personaje central del cuento “Alicia en el país de las maravillas”, luego entonces si leemos, si filosofamos, si reflexionamos y pensamos sobre el pensar, estaremos en movimiento y acercándonos a la sabiduría.

“La verdad os hará libres  Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él”. Precisamente inspirados en seres trascendentales, verdaderos revolucionarios encontraremos satisfacción a nuestras incertidumbres. Poco a poco quizá, o al ritmo que se desee, lo importante es buscar siempre con ahínco respuestas.

En estos tiempos en los que se declara el uso la internet como un derecho universal de la humanidad, y en los que pareciera que si no estás en la red no existes, nos queda el consuelo de filosofar para recobrar el sentido extraviado de pertenencia y permanencia.

Los ciudadanos acuden a las redes con actitud resignada, sabedores de que no hay nada nuevo bajo el sol, y solo cumplen (cumplimos) los designios de un hermano mayor (big Brother) que los (nos) vigila controla y monitorea.

Al filosofar entendemos causas, consecuencias y efectos.

Filosofando imaginamos, y al imaginar estamos descubriendo otros estados de la consciencia, al imaginar estamos también conociendo y aprendiendo.

La filosofía es madre de la ciencia, todo descubrimiento tuvo su primer momento en el asombro y en la filosofía.

Apoyo este comentario con una anécdota de Thales de Mileto contada por Platón .

Thales de Mileto Nació: alrededor del año 640 AC en Mileto, Asia Menor (ahora Turquía) Thales era un hombre que se destacó en varias áreas: comerciante, hábil en ingeniería, astrónomo, geómetra Thales era considerado uno de los siete sabios de Grecia Sobresale especialmente por Que en sus teoremas geométricos aparecen los inicios del concepto de demostración y se podría decir que son el punto de partida en el proceso de organización racional de las matemáticas.

 La anécdota: Una noche Thales estaba observando el cielo y tropezó. Un sirviente lo Levantó y Le dijo: cómo pretendes entender lo que pasa en el cielo, si no puedes ver lo que está a tus pies. Se cuenta que, comparando la sombra de un bastón y la sombra de las pirámides, Thales midió, por semejanza, sus alturas respectivas. La proporcionalidad entre los segmentos que las rectas paralelas determinan en otras rectas dio lugar a lo que hoy se conoce como el teorema de Thales.


La callada revolución hacia la excelencia está en preguntar más, leer más, investigar más.
A pesar de los contratiempos; antes de que nos devore el abismo filosofemos.



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