#ODISEASPOSMODERNAS
Todo lo que deseas
#opinion
Esdras Camacho
*Todo lo que deseas*
El Rey midas tuvo la desdicha de que se le cumpliera un
deseo, uno que según la historia él creía sería su felicidad total, el oro,
pues de lo maravillado que estaba con ese metal atribuía todo su bienestar a la
posibilidad de que todo lo que tocase, se convirtiera en oro.
Un Dios le cumplió ese deseo, y a partir de eso, comprendió la
insensatez de su solicitud, pues justamente hasta su hija al ser tocada por él
se transformó estatua de oro, ahí con lágrimas de arrepentimiento nuevamente
pide que se le quite ese don, cumpliéndole nuevamente su deseo acepta y
comprende que conviene saber desear.
Y el alma desea, desea el cuerpo, desea el espíritu.
En los cuentos que se nos ha enseñado en la infancia para
entretenernos y educarnos siempre hay un genio de la lámpara o el hada madrina
que se apiada de tu necesidad y te concede uno o más deseos.
¿Por ejemplo, tú que has deseado?
¿Desde cuándo?
¿Qué cosa sería si se te cumpliese inmediatamente y a
cabalidad ese capricho?.
Tomando como referencia la historia del Rey Midas uno
aprende a ser cauteloso y no dejarse llevar por la emoción temporal.
La experiencia es más enriquecedora cuando inviertes tu
energía y esfuerzo en obtener el resultado esperado, es decir lo gratis pierde
su valor.
En la segunda etapa de la vida somos mejores en el
razonamiento y antes de atrevernos a soñar con varitas mágicas y polvos de
hadas, actuamos mediante ejemplos de inspiración menos fantasiosos. Actuamos
como la hormiguita que se prepara para el invierno acumulando alimento que
servirá para tiempos futuros.
Así entonces (en cierto sentido) lo que hoy tenemos, lo
hemos deseado.
Y la mayoría de los que anhelan mejorar su felicidad piensan
en cosas tangibles, en objetos que sustituyen personas y piensan desde su
egolatría, tener más de lo que poseen.
El deseo es el interés de algo y tiene que ver con el apego.
Poseer es disfrutar una propiedad, poseer es evidencia de
pertenencia, lo que se posee se domina, pero la sensación de acumular bienes
tiene como efecto estar atado también esa responsabilidad de ser dueño y
esclavo de lo que se tiene.
Escuché una frase que contiene una gran filosofía “si no
abres la mano para soltar….como podrás recibir cosas nuevas”.
Como aquella historia de un niño que entusiasmado por poseer
caramelos de varios tamaños, sabores y colores, mete la mano al frasco de
cristal y con una buena cantidad en su puño se le imposibilita retirarla de ese
embudo, ahí entonces aprende a no tomar demasiado si quiere satisfacer su deseo de probar de esos sabores.
Ambicionamos porque es nuestra naturaleza, ahí radica la
vida, todos tenemos esa característica, desear.
Conviene reflexionar nuestros deseos y pensar ¿deseo todo lo
que tengo?, o ¿tengo todo lo que deseo?.
Lo bello de la vida, está más allá de los bienes físicos: una canción, un recuerdo, un abrazo
a tiempo eso es abstracto, intangible, sublime e inefable, eso define nuestras emociones al
interior y proyecta lo que somos
físicamente.
¿Quieres ser feliz?... cuida tus emociones.
Yo por ejemplo deseo que cada persona que llegue a mi vida,
tenga algo que compartirme, vivir en conciencia y armonía de que nada es para
siempre y lo mejor de nuestras existencias son las acciones, los hechos y las
experiencias.
#Motozintla Chiapas
19/02/2020
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