Al voyeur, le encuentro esa categoría del aficionado al espectáculo [proviene del latín "spectaculum", que a su vez deriva de "spectare", que significa "contemplar" o "mirar"] El voyeur es entonces el que ve. El vigia, el mirón.
En los barcos de la antigüedad
usaban un vigía, el cual tenía la consigna de advertir posibles obstáculos en
la navegación, ese mirador debía tener muy buena vista, y adelantar el aviso de
barcos piratas o “Tierra a la vista”. Pero mirar siempre agota, supongo eso le
pasó al del TITANIC, que cuando dijo “Iceberg enfrente” fue demasiado tarde.
El espectador es el que no se
involucra, o se involucra en su imaginación. Ahora los que crean contenido ante un suceso
gracioso, chistoso, violento, masivo o individual, actúan como voyeur. Sacan el
celular y le dan REC a la cámara. Este es su placer, oficio, ocio y/o
responsabilidad. Digo lo último con “ironía” pues que responsabilidad puede
tener aquel que, ante un hecho de emergencia, en vez de ayudar, lo primero que hace
es grabar desde el cristal de su celular o cámara.
Todos somos voyeristas hoy, en
ocasiones inconscientes.
No tenemos nada que hacer,
desbloqueamos el celular y a darnos gusto entre la comedia, el drama o el sinsentido
de las redes sociales. En el top ten, tenemos que hay bailes, coreografías y
canciones rítmicas pegagosas, momentos virales y chismes de figuras públicas,
memes y videos de situaciones cómicas, videos de animales, momentos inesperados,
más bromas, recetas de cocina, desafíos o retos, contenido educativo o
inspirador.
Cuando aprendemos algo del tik
tok o del Facebook, es la excepción, porque pasamos de ser espectadores a
protagonistas.
¿El voyeur solo mira?
Claro. No tiene responsabilidad.
Por eso no me gusta. Cómo el que se siente director técnico de su equipo
preferido de futbol, frente al televisor y manotea y maldice, sobre cómo no
están haciendo bien las cosas, los jugadores. Por es no me gusta el fútbol en
la pantalla, pero si me das un balón y tengo ocasión, acierto a hacer algunas
machicuepas en la cancha.
He ido dos o tres veces a los
centros nocturnos, si hay alguna descarga eléctrica en presenciar las voluptuosidades
de las bailarinas, por supuesto se aceleran los latidos, pero es eso nada más,
a mi más me gusta actuar que mirar, prefiero ejercer.
El pensador de Rodin, está
pensando sin ver. El que ve piensa, pero no actúa. Es mejor mil veces actuar
¿o, no?.
#EsdrasCamacho
12/05/2025