La tecnología aun rudimentaria, ha estado desde la era de las cavernas, ha facilitado el desarrollo y convivencia, nos ha elevado a una posición de comodidad.
Luego de la revolución industrial y las guerras mundiales,
se expandió y normalizó el uso de artefactos que “ayudan” y “facilitan” nuestra
supervivencia. Entre las cosas positivas, ha sido el avance en temas de higiene
y salud. Habría que reconocer el impacto positivo a la humanidad de la
invención de los microscopios, termómetros, estetoscopios, rayos “X”, etcétera.
Pero también ha habido avances para modernizar otras áreas
como la arquitectura, el sector agrícola, la economía, esto para engrandecer la
cadena de producción y masificarla, que más y más sectores poblacionales se
incorporaran a la modernidad. 
La creación de la internet en la década de los 60 con fines
estratégicos militares permitió enlazar computadoras en distintos espacios
físicos para compartir información, conectadas en tiempo real, pudieron evitar
retrasos en la transmisión de datos que antes se hacía en forma artesanal.   He ahí
el verdadero salto triunfal a la gloria… o… al infierno.
Del 2010 en adelante la conectividad fue más veloz. Para las
generaciones presentes, el mundo sin la internet de las cosas y sus maravillas,
no es posible. 
Nuestros celulares para nuestra comodidad, intuyen y
predicen nuestros comportamientos. Nos diseñan estilos de vida saludables,
pueden monitorear nuestros, pasos, latidos, calorías, alertando sobre los
peligros de no estar conectados a su red. 
¿Cuántas horas de las 24, estamos enganchados a la
tecnología?... ¡las 24!. 
Hay gente que trabaja desde casa, hace transacciones
económicas, inversiones, solamente apretando teclas. Nos han mostrado miles de
celulares transmitiendo en tiempo real con bots, que están generando de forma
autónoma tareas repetitivas. 
Esta experiencia no representa una amenaza, sino más bien
puro beneficio, tenemos 24/7 los 365 días esclavos digitales, es la sociedad
feliz industrial. 
Hoy el ChatGpt sugiere que piensa mejor que nosotros, es la
inteligencia artificial, que nos ha mejorada, desplazando el esfuerzo
intelectual de crear, imaginar o pensar distinto, nos ha uniformizado porque es
más fácil, útil y efectiva su interface que nuestros procesos neuronales. 
 Algunos apocalípticos
nos dicen: ¡Somos el rebaño, el ganado, los conejillos de indias!
Y la masa pareciera decir —Si, los sabemos, lo queremos, lo
deseamos, es nuestro gusto. 
Cassandra es la serie alemana  de 6 capítulos que se encuentran disponibles
en Netflix con una duración promedio superior a los 40 minutos. Parece ciencia
ficción, pero no lo es, parece que el género es de terror, pero no lo es. 
Es la aspiración concedida de los futuristas del ayer, la
normalización de la era Android. 
#EsdrasCamacho
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