domingo, 9 de marzo de 2025

«Perdónenme todos, no acepto”

 

«Perdónenme todos, no acepto”

[Odiseas Posmodernas]

 


Conversé con Vladimir, era una platica pendiente, de esas conversaciones que se extienden ramificándose por gustos comunes. Historia, Rock y literatura.

 

Me contactó días previos, yo pospuse por motivos de salud, y en el día señalado asistí a la videoconferencia con el Doctor en Historia, profesor de Artes en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas Vlátido. La charla inició sin un esquema preconcebido, no hubo una estructura, eso me pareció fantástico, porque uno puede divagar y encontrar el hilo, divagar otra vez, encontrarlo otra vez, huyo de los formalismos, eso solo está bien en los ambientes protocolarios, y una conversación entre artistas no lo debe ser.

 

Yo tengo en claro lo que no quiero y lo que quiero está en el terreno de lo imposible, lo etéreo, lo inaprensible.  En mi alocución le digo que uno debe poner pausa a ciertas actividades que nos conducen hacia donde no nos acarrea felicidad, debemos ser selectivos, así como preferimos comer saludable ante las demás ofertas, eso acarreará un estilo de vida que funcione para uno mismo.  

 

Le digo que para que uno crea debe haber una fé poética, es decir debo de otorgar credulidad a la narrativa de la historia por muy científica que parezca y todos deberíamos pasarlo por el  filtro de la duda. El asiente, lo observo complacido, sereno, está en su elemento.

 

Vlatido y yo hicimos la carrera de ciencias de la comunicación juntos, él me cayó bien por su actitud filosófica y empatía, yo tuve grandes aprendizajes no solamente de la disciplina que cursamos, si no de la grandeza de persona que es, un hombre sensible, visionario, sencillo, alegre, disruptivo. Y eso sigue siendo me aferro a pensar.

 

Me recuerda un librito que compartimos “La hueva productiva”, seguramente nos proporcionó además de entretenimiento recursos para seguir siendo eso que queríamos ser en ese momento y que yo me seguí en ese estilo, saber que todos juegan un rol de seriedad y se creen demasiado importantes, un ser creativo no prospera en esos ambientes, la hueva productiva entonces sería encontrar los canales, para ser irreverente, disruptivo, sin perder de vista la utilidad del ocio, ese placer prohibido.

 

Insisto en no tomarse en serio algunas cosas, más que las elementales casa y familia, por lo demás, hacer lo que los demás exigen, darles a todos mi mano de obra, pero no mi espíritu. Ver desde una franja que todos actúan creyéndose las máscaras que portan, yo solo me la pongo cuando estoy con ellos.

 

De mi faceta como fotógrafo y escritor, le digo, hago el registro de mi asombro, me comporto como un “Mexican Curious”.  Hablamos de los «alter ego» que nos permite ser personajes, reconocernos, demostrarlo. Me pregunta porqué uso el apellido Jagger, yo le digo en homenaje al interprete de los Rollings Stones.

 

La grabación de la charla se hizo mediante Skype, él en Tuxtla, yo en Motozintla ambos en nuestros respectivos domicilios, pero conectados a través del encanto de la tecnología. Fuera de cámara le pregunto si está leyendo otros libros que no sean de su perfil académico. Y me responde  que no, que solo leyendo lo que corresponde a su área profesiográfica. Entre risas le digo, “Te convertiste en lo que algún día juraste destruir”. Reímos.

 

Yo le robo tiempo al tiempo y abrevo de lecturas que no son obligatorias, literatura de ficción que no construye, pero si construye… y si me dijeran lee única y exclusivamente los de este catálogo, les respondería: «Perdónenme todos, no acepto”

 

09/03/2025

 

#Esdras Camacho

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