Crónica del retraso.
El agua nos habla desde afuera con su insistente sonido de
"te quiero aquí"
La ropa y los trastes silenciosos en la fila de deberes.
El escorpión sonido combatiendo los gallinaceos
Tu y yo bebiendonos a saliva y miel, en la recámara
A medio día
Remendando nos, reconociendo nos y haciendo poemas.
El coronavirus
Y tu padre
Ajenos
Insignificantes
Invisibles.
Él escuchará una disculpa cínica por empezar tarde la preparación de sus alimentos y tú risa me recordará de nuevo.
La pandemia incrédula y cómplice nos elogia en su silencio y piensa: "así si".
El verdadero sentido de la vida es vivir, como los peces del mar que no se preguntan el día en que morderán el anzuelo.
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