martes, 3 de septiembre de 2013

Stefanny

Estefany  me hablaba de lo que hacía en el fin de semana que no nos veíamos.

Ella viajaba en familia hacia una comunidad cercana a celebrar la adoración de su salvador.

Estefany tenía extraordinaria belleza tipo "Pocahontas", morena, talle espigado, cintura pequeña y caderas de ensueño. Cabello frágil, mirada tierna, dentadura perfecta, el cálido aliento, timbre de voz sexoso, maneras sexys de andar y lo mejor: hacerme sentir que ignoraba sus encantos.

¿Cuántas semanas con lo mismo?: muchas

"Fui a Santa Catarina al culto, mi madre y mi novio también,  no sé si te he dicho pero soy cristiana y Dios te ama, acércate algún día, yo te invito, te invita mi familia quiero decir".

Soportaba su letanía por la dicha obtenida de admirar sus atributos físicos, y el casi fastidioso repetir que su novio la protegía, la acompañaba, la entendía...bla, bla, bla. ¡plaff!.

Hablaba melosa de lo bien que era sentirse segura de su vida.  Con visión romántica y fe en el presente, aparentemente sin necesitar cambiar en nada.


Era evidente que yo  era su fiel compañero, y estaba cómodo en the zonefriend. Tranquilo aplicaba esa frase: "Mujer que no has de tener, déjala correr".

Llegó el día en que su galán comenzó a tener traspiés, faltó dos ocasiones seguidas a la cita familiar, la siguiente vez no supo disculparse ni comportarse como un caballero. Estefanny vino triste pronto a contármelo todo.

Amoroso ofrecí mis brazos afectuosos. Sin provocar ni denotar mayor interés que el de estar como padrino, vecino o hermano.


Aquel abrazo en el parque cerca de su casa, dejar que mis dedos jugasen el tirante del sostén, la coqueta despedida y la promesa, (mía por supuesto). "Apartaré el sábado para que vayamos a ese culto que dices me servirá".


En el camión viajamos amontonados, levantó ambos brazos para sujetarse, yo a sus pies prefería acurrucarme, me vio con cara de ¿qué estás haciendo?, le dije, es más cómodo si viajo así.

Observé que bajo el saco llevaba una blusa con escote. Antes de llegar le dije al oído:


- ¿Y esa blusita provocante?
- Tú mirón, solo calla.


El lugar tenía atmósfera anestesiante. La música excitante.

Un orador motivaba a la concurrencia a hacer movimientos y gritos exaltados.

Estefany me advirtió, sentirás el deseo de acudir al llamado del que habla en el micrófono, analízalo, no vayas si en verdad no quieras.


- Tal vez es solo un impulso, dijo.
- Está bien, yo sabré. Dije

Comenzó la danza... yo como don quijote haciendo muy bien mi papel de hacer lo que los demás, para disimular que no pertenecía a ese lugar.

Las risas, los aplausos y todo ritmo era delicioso, seductor.

Y llegó el momento de la señal anunciada.

La voz oficial mandante pronunció:

"Hoy es el día que a través de mi, habla la energía.... la fuerza e inspiración del Arquitecto del universo se hace presente.

Todos estábamos conmovidos, algunos con los ojos cerrados, otros con la mirada extraviada.

Nuevamente dijo: "Este es el llamado del más grande poder, que te invita a ser parte del Poder, ....hoy amigo,  que por primera vez estás entre nosotros te digo: ¡Libérate de la esclavitud, estás acá por un motivo trascendental, una señal de que igual que el Hijo de dios, te ama!".

Sus pausas hacían acrecentar la emoción de  una experiencia placentera.

Continuó: "Dirígete hasta acá donde yo estoy, tendrás contacto directo con el altísimo, hoy te bendeciré con el éxito en tus propósitos. ¡En este momento mueve tus pies hacia donde estoy!. ¡Algo bueno te espera!, cree, te lo digo de cierto. Así como el hombre ha logrado crear los aviones para que atraviesen milagrosamente el cielo, hoy el poder del altísimo te conducirá hasta acá... de aquí saldrás renovado para ser feliz y conquistar tus metas".

En efecto, sentí la atracción de acercarme, y mi mirada buscó ayuda en los ojos de Stefanny, pero ella los tenía cerrados, y todo en derredor me animaban a avanzar.

El orador remató: "Es ahora el momento en que coincide el ayer y el mañana, hoy en este momento un manantial de regocijo refrescará tu alma..."

Las palabras dejaron tener sentido, solo era una sensación de ir como insectos hacia la luz. Mi conciencia abandonó mi razón.


Estando al frente, con tanta gente, el orador me eligió para darme la voz. Acercó su micrófono y dijo: "confiesa hijo, hermano, en esta gloriosa tarde como te sientes y ... que te condujo hasta acá".

Sentí que me desconectaba y volví a concentrarme, dije:

"Estefanny, me invitó, es una niña dulce. Yo la deseo... quiero decir le quiero, siento que la amo".

Todos voltearon a verla, ella miraba con asombro.

El conferenciante pronunció de inmediato: "Aleluya" - ¡cristo tiene poder!... "Este joven ha venido animado por una hermosa hermanita, que sean sus encantos los que lo conduzcan hacia el paraíso en la tierra, le demos el aplauso, alabado sea el señor".

Me incorporé a la multitud. algunos lloraban, otros reían, me parecía que todos estaban aún bajo el influjo de una misteriosa sensación.

Stefanny, parecía estar sorda, solo me abrazó y apretó mis manos.

Pensé: lo que puedo hacer por obtener el privilegio de gozar de ti.
 ¿Seré su héroe, o su víctima?.



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