sábado, 12 de julio de 2014

Educar con respeto a la diversidad


Toda actividad, al igual que la de los médicos con su “juramento hipocrático”, convendría tener una escala de valores para no faltar a un código de valores, tener una misión, visión y filosofía arraigada que fuese el ancla e inspiración de un estilo de vida propio de un ciudadano ejemplar, que tiene como responsabilidad formar a otros.

El recuerdo que deja un maestro sea bueno o malo, es eterno. El registro de memoria es más duradero y más impactante, por ello los docentes son parte fundamental de una sociedad educada.

Para mí no hay mayor elogio que tus exalumnos te digan “Gracias maestro, siempre lo recuerdo con cariño, por su capacidad para enseñar”. Hoy en el nivel que me desarrollo tengo la dicha de ser colega de dos exalumnos, su amistad me recuerda que hice un buen trabajo y que su compañía me motiva a continuar dando lo mejor de mí, porque quizá hoy me está tocando aprender de ellos.

El ser humano es por naturaleza insatisfecho, su misión es transformar. Evoluciona constantemente con el universo, muda de hábitos, cambia de estilos, cambiar su constante. Es bien sabido que los dinosaurios una especie hoy aparentemente de ficción desapareció por no adaptarse a la circunstancia. Esta es la mayor lección de los dinosaurios y aplica a cabalidad a nuestro oficio.

En los últimos años he asistido a cursos de actualización docente, lo que ha fortalecido el compromiso que adquirí en el año 2000, he ido descubriendo autores que abordan el tema educativo con una visión de interdisciplinariedad en el que nada está aislado y se aprende retomando conocimientos previos, eso es significativo y motiva a no sentirse perdido, pues todo ayuda a construir conocimientos nuevos.

Una de las dificultades graves y grandes que persisten en el proceso educativo es la indiferencia y apatía por parte de los demás actores, la práctica docente es un esfuerzo individual, pero requiere además la conjunción de otras energías, como el las autoridades políticas y los padres de familia. A donde vayamos requerimos la sinergia de la sociedad en general.

Los medios de comunicación nos distraen pero también nos genera una falsa conciencia, nos invita a ser ciudadanos con pensamiento de primer mundo, nos hace creer que formamos parte de un sistema ideal en el que la felicidad es consumir y comprar lo más popular y actual, por ello el docente es presa fácil de un estilo de vida no saludable y de voraz consumo, por ello sus gastos no son proporcionales con sus ingresos.

Por ello vive estresado esperando la quincena que ya debe en la tienda departamental, por consiguiente desea un ingreso más alto y/o se autoemplea o busca un segundo trabajo que lo mantiene igual o más ocupado.

Las escuelas del nivel básico en nuestro país han sido escenario de grandes conflictos entre los actores del proceso educativo, uno de estos es el acoso escolar, se han provocado suicidios por no poder remediar la situación, ya que hay casos en que aunque el orientador u orietadora, la dirección de la escuela y otros saben de una agresión a un estudiante, no se instrumenta una acción de rescate y freno al ataque. Al contrario algunos dicen que con las campañas publicitarias que algunos medios han difundido, en vez de concientizar para disminuirlo o desaparecerlo del ambiente escolar, lo ha engrandecido o aumentado.

Para atender las problemáticas de acoso y deserción escolar, dos de los más frecuentes problemas observados en las instituciones educativas, es necesario generar una cultura colectiva de rescate algunos valores que se han perdido, fomentar otros que no se les contempla dentro de nuestra sociedad; yo propondría que a la vez que se está haciendo en nuestro estado una materia de Educar con Responsabilidad Ambiental para concientizar sobre el uso y aprovechamiento de los recursos naturales, se plantee otra con el enfoque del respeto a la diferencia, llamada Educar con respeto a la diversidad, con un enfoque de competencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario