viernes, 15 de noviembre de 2013

A mi mismo

Esta es una carta que deberás leer en 20 años por ejemplo:

(Es una suposición) - *capaz que la lees antes!

Muy bien, primero felicitarte, no cualquiera sobrevive todos los días con el mismo corazón.

¿Cómo estás?.... ¿Cómo están esas ideas? ¿Tu energía?

En este día que te escribo hace un excelente día, estás en tu ciudad de origen. Sereno, digo estoy sereno, creo que estamos de acuerdo en el significado real de esa palabra, esta  mañana del 15112013, me puse a escuchar música de country; espero que te siga gustando la buena música, y no solamente esa de un tal Joaquín Sabina.

Admiro esa imagen que hoy proyectas, das esa impresión de que no le debes a nadie, y físicamente te ves sano, espero que así sea. Uno no debe de vivir de apariencias, más bien de comunión con tu parte física e imagen externa.

Los que saben dicen que solo tenemos una forma de vivir en dos etapas, la de la infancia y la de adulto y que de adultos realizamos los berrinches que no nos dejaron hacer o bien lo que soñamos.

El truco es tener pocos sueños, pero de los buenos, de esos que son renovables, ¿Ahora con que sueñas?.
¿Ser un ejemplo de un hombre pleno?....

- Tranquilo, los conceptos del buen vivir y bien estar son relativos.

Aunque coincido ahora con aquello que siempre pensaste: "Que tu felicidad no se base en la agresión a terceros".

Punto a tu favor, cuando comenzaste a hacer ejercicio, fíjate, no es para los demás, no es para que te vean, eso es secundario, si te ves bien, te sientes mejor, pero, lo importante realmente es que, es lo mejor que puedes hacer, ninguna otra manera hay de demostrarte cariño.

Me sorprende que para el tema del afecto hayas sido tan moderado, pero finalmente la parte de cariño que a todos nos corresponde, tarde o temprano te ha llegado, eso es bueno, que no deba la vida nada.

Ignoro si ya tienes nietos ... y si ya los tuvieras.

¡Felicidades de nuevo, has renacido por segunda ocasión!.

Te mando un abrazo musical y literario, que tu alma y espíritu sigan celebrando la magia de vivir con nobleza y valentía.

Sinceramente: YO

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Qué se siente el morir?

El 9 de mayo del 2006 a las once de la mañana en compañía de una ex-compañera de aventura, me desbarranqué en una de las carreteras de Chiapas, la caída era de alrededor de 70 metros, yo manejaba mi primer vehículo. 

Era  un día esplendoroso para morir, y eso no ocurrió, afortunadamente.

¿Qué se siente el  morir?. No morí pero sentí: una tristeza serena, es una contradicción pero la experiencia es de abandono, la certidumbre de que este mundo me ofrecería mucho más,  nada bueno era morir ahí, de forma tan absurda, ningún motivo lo justificaba. Tenía 27 años. 

En un instante las emociones se alinean en un solo renglón, estás pero un nanosengudo más, ya no. 

¿Dolor?. No, dolor físico no, sorpresa únicamente, expectativa de que el fin del mundo es hoy. 

Adrenalina al cien, la oxitocina  en ceros. 

El saldo, la clavícula dislocada, el brazo roto en tres, y solo. 

Si al  morir te faltan cosas por hacer y no te has ilusionado con lo que tienes, es un verdadero desperdicio. 

Una errática maniobra aunada a la velocidad superior a los ochenta kilómetros por hora, por las laberínticas curvas de la región Sierra el Mariscal,  a más de 1500 metros sobre el nivel del mar, concluyó en el accidente cuasimortal, al que sobreviví. 

Regularmente viajaba con los cristales de las ventanillas cerrados, no sé porqué ese día bajé el del pasajero. El movimiento fue trepidante, oscilatorio y literalmente licuatodo. Alcancé a sentir cuando el carro comenzó a caer y significó el adiós a este mundo, en esos días, pocos meses antes había fallecido un integrante de la familia y mi familia estaba devastada, yo como único varón sentí la nostalgia de abandonarlos. 

Luego de unos pocos minutos oí una voz desde el fondo que pronunciaba lastimosamente mi nombre, escuché y me dije: ¿serán los últimos sonidos que escuche?... luego pensé en ella, ¿estará bien.... más le vale... o más me vale?. imaginé que si no moría iría a la cárcel que es peor. Pero no, milagrosamente ella caminó erguida hacía mi, que había caído antes, pasó de largo, salió a la superficie, se limpió el polvo de una pequeño raspón en el hombro y se fue sin verme. 

Hoy es una anécdota simple, en su momento fue un abrir los ojos a  una segunda etapa, la definitiva. 


domingo, 10 de noviembre de 2013

RED SOCIAL


La primer red social que tomé en serio es Blogger, ahí cree un blog llamado Demasiado Furor, más tarde este y uno más llamado www.descubriendomotozintla.blogspot.mx, todos han sido como un diario para mí, últimamente he tenido seguidores, pero más bien son invitados, todos ellos educados, comentan muy de vez en cuando, señalan y observan pero con responsabilidad.

Varios de mis amigos, me decían que si HI FIVE, o myspace, metroflog, pero no me atrajeron. La cuenta de facebook la abrí hace tres años, y francamente ha sido todo lo que esperaba la banalización de la convivencia virtual, como dijo Vargas Llosa, la civilización del espectáculo.

Han habido varios cambios en la política de esta red social, en las que otorgas el permiso para que se sepa todo de ti, revelas tus hábitos,  manías, gustos y expectativas; si te olvidas de algún amigo te indica que quizá lo conozcas, o bien te dice que un contacto tuyo está cumpliendo años, para que le hagas la felicitación correspondiente.  Ahí he agregado a cerca de 500 amigos; no conozco a todos, es más tengo 90 y tantos seguidores que tampoco interactuan ni virtual ni realmente conmigo.

Es un pasatiempo absorbente, un entretenimiento caro porque te desconcentra del contexto físico, de lo que realmente tiene valor del aquí y ahora, por otro lado es una exitosa red social que ha reunido todo lo que cualquier persona desea, curiosear, vagar, satisfacer la necesidad de existir y vivir dos vidas.

Vivimos una que es de forma física y otra virtual, aunque la virtual es inofensiva, te obliga a que permanezcas el mayor tiempo posible a la espera de alguna revelación de tus contactos, alguna información realmente seria, presumible.

Hay una película llamada Red social, en la que se cuenta la historia de la creación de este fenómeno cultural llamado facebook, y un chico con inspiración (Mark Zuckerberg) de diecisiete años prepara por encargo una red que permita a los estudiantes de Harvard tener relación y contacto para aprovechar los tiempos de ocio, y a su vez encuentren relaciones amistosas que conduzcan al sexo.  (¿Así era?: así la entendí).

El creador de esta red era un tipo que había perdido a una novia, y su motivación era que su ex se interesara en renovar su relación sentimental, cosa que no ocurrió; al crear la red social, Mark Zuckerberg en la película después de haberse encumbrado como el mejor programador, poseer los millones de dólares y el reconocimiento mundial, solo está  esperando que su novia le de aceptar la invitación de amistad que le envió y actualiza cada minuto su página para ver si ocurre.... allí termina la historia.

Facebook ha reconfigurado nuestro sistema de relacionarnos sentimental y laboralmente, ha generado tantas historias que son en verdad increíbles, yo participo de esta red, no he podido quedarme al margen de la evolución del mundo, es mi nuevo periódico y mi chismoso predilecto, espero continuar como voy, sereno y y un tanto reservado para algunas aplicaciones, por ejemplo no he jugado nada de eso, estoy todavía sin ser
completamente adicto; pretendo estar como la he llevado  como dice el dicho: "Ni muy lejos que no me alumbre, ni tan cerca que  me queme"

sábado, 2 de noviembre de 2013

Yo fuí al cine Motozintla


No una, ni dos, fueron varias veces, no las recuerdo todas, pero es muy seguro que  mis padres mientras era un bebé, cargaron conmigo para asistir a la proyección.

Ir al cine, fue por más de una década de los más grandes privilegios que disfrutaron los motozintlecos,durante tres décadas, desde 1960 a 1990.  El total de población en la zona urbana no alcanzaba la cifra de 7 mil personas.  Traer los rollos de las películas a lomo de mula desde Huixtla Chiapas, debió de ser toda una aventura. La fila de personas que compraban el boleto de su entrada frente a la taquilla, era tan larga que alcanzaba una cuadra. Dos funciones, 6: 30 y 8: 30, todos los días.  Dos películas.

Dos lugares: Palco y luneta.

Luego de la primera función de cine, lo típico era ir todavía a escucha la marimba en el parque central o entrar al billar, si se iba a la segunda, ya te ibas a la cena con las juchitas, local de comida oaxaqueña donde servían las garnachas y enchiladas de mole.

El cine tendría capacidad para unas 500 personas, había una puerta de entrada y otra de salida, en donde se bajaban las escaleras del lado derecho, con rumbo a la primera avenida sur y del lado izquierdo con rumbo al centro del pueblo, sobre la primera avenida norte.

¿Qué películas ví?.

Mis padres me han dicho que fueron a ver películas de Pedro Infante, Pedrito Fernández  y alguna de Mario Almada.

El cine Motozintla antes Figueroa, antes Guzmán, tuvo su éxito porque la vida en Motozintla, era completamente rural, muchas de sus calles no estaban pavimentadas y en muchos barrios no había luz eléctrica, así que estar en el cine, era disfrutar de la magia de la modernidad, contenida en dos horas de entretenimiento. Eran los años 70.

De manera muy difusa recuerdo haber visto ahí dos, una en la que la trama era de un niño que se perdía o había caído en una construcción de un edificio subterráneo, el soundtrack de la película era la canción de “Amigos”, interpretada por Pedrito Fernández, y tengo otro recuerdo, el de un niño al que le de la nada la crecían alas en los homoplatos, eso es todo, no tengo más nítidez en mis recuerdos.

No podía ir al baño solo, mi papá me acompañaba.

El olor a palomitas de maíz y los vasos espumeantes de soda recién servida en vasos de unicel.
Antes de iniciar la película, había una música de fondo. Las personas se reconocían y saludaban, platicaban apurados para que no quedara interrumpida la conversación. A la mitad había una interrupción, una  pausa para que se fuese al baño o comprar las palomitas o el refresco. Los que no íbamos ni a una cosa ni a otra escuchábamos las pláticas de los mayores sobre las cotidianeidades del mundo y volteábamos hacia adelante o hacia atrás, a ver si encontrábamos algún conocido para hacerle un saludo con la mano.

Un 30 de abril de 1988, los maestros de la escuela primaria nos llevaron al cine, fuimos los de tercero a sexto grado, esa fue la celebración, vimos la película que hizo la canante yuri para celebrar el nacimiento de “Tohuí”,  un oso panda en el zooloógico de Chapultepec en la ciudad de México. Nos gustó mucho, fue  un buen día del niño.

El lugar era también utilizado para ceremonias de graduación y eventos políticos, así como también para la presentación de conferencistas, magos, comediantes y otros artistas reconocidos.

Un día, fuimos a ver al hipnotista, el profesor Karma, yo tendría unos nueve años, mi mamá dijo que era bueno que admirásemos el espectáculo de la mente, donde una persona logra dominar a alguien con el poder de la persuasión.

Cuando solicitó la participación de voluntarios adultos, muchos rieron cuando logró que una persona de prestigio en la ciudad, mediante la hipnosis, hurtara la cartera de alguien más. Cuando dijeron que pasaran los niños, pasé yo, pero no sentí nada, como no me hipnotizó,  me enviaron de regreso a mi asiento.

Una tarde llegó al cine, el cantante José de Molina, yo ya estaba en sexto de primaria, fui a escucharlo desde la segunda puerta, oí dos piezas, supe que su canto era de época, era el canto de protesta. Eran los ochenta.

Un vehículo moderno con sistema de perifoneo anunciaba la función del día, lograba atrapar la atención, convocar.

Al haber luz en casi todo el pueblo muchas familias de clase media tuvieron más de un televisor en casa., se diversificó el entretenimiento, los tiempos cambiaron, el cine no se adaptó.

Todavía en los noventa siguió activo el cine, pero ya eran proyecciones de escasa categoría. Algunos días se proyectaron funciones de solo adultos.

Habrá sido la crisis económica o los tiempos modernos, llevar películas a Motozintla fue siempre difícil y caro. Me cuentan que ya no costeaba, no era rentable.

Los modernos 90 trajo consigo el declive definitivo del cine.

Me queda el recuerdo de haber ido al cine, soy parte de esa historia, la historia del cine en Motozintla.