domingo, 28 de julio de 2013

¿Y ahora que hacemos?

Listo, ya están Dios sepa donde pero en libertad, el par de periquitos australianos que estuvieron con nosotros por tres meses. 

¿Porqué?
....
¿Porqué qué?
Porqué los liberamos o porqué los tuvimos en cautiverio. 

Sencillo, saldremos de viaje, y ninguna persona puede cuidar de ellos. 

Estuvieron con nosotros, porque siempre es alegre escuchar el canto de las aves muy cerca de ti. 

Cuando se enteraron los de la casa, hubieron opiniones encontradas, yo me mantuve firme, ya me habían autorizado que los liberaríamos y no podía decir que no, además poco a poco fue creciendo en mi la idea de que así tenía que ser, así porque si. 

¿Y si le preguntamos a más personas que hacemos, me dijo Vicky?. 
- No, no me sirven las opiniones, ya está.

También en mi interior habían disyuntivas, pero no me permití titubeos. 

"Imaginate que tu fueses el que estuviese preso, a poco no agradecerías la libertad". 

Llegamos a un arroyo en la periferia de Mazapa de Madero, un bello lugar donde el ganado pasta mansamente y algunas mujeres llegan a lavar su ropa. Y otros a bañarse. 

Colocamos la jaula en el suelo, metí la mano para sacar a la primera ave... no me esperaba los piqueteos que me dio, 8, 9, 10, ... 20 no sé. Finalmente logramos sacar a los  dos y ponerlos sobre su jaula, ellos se tranquilizaron, ya estaban fuera de las rejas, pero estaban tranquilas, mansas. Ignoro si desconcertadas, pero era evidente que no tenían la menor intención de volar. 

Me pregunté si sabían volar o tenían miedo de eso. 

Diez o quince minutos estuvieron comportándose como si estuviesen aún dentro, y lo mejor, se daban muchos piqueteos mutuamente, lo que interpretamos como señales amorosas. 

La impresión que tuvimos fue de que se preguntaban. ¿Y ora que hacemos?. 

Les agradecí en nombre de la familia, y les animé a partir. Pero ellos seguían viéndose entre si, sin alterarse. 

Finalmente Vicky, movió la jaula unos segundos en forma trepidatoria... y emprendieron el vuelo. 

Les aplaudí y los demás me siguieron, fue hermoso, hubiese querido abrazarnos y llorar, pero no estaban tan sensibles como yo. 

...........

¿Sobrevivirán?. 

No lo sé, pero no es mi cargo de conciencia, yo  quise darles libertad. Y sostengo lo que digo, el lugar de los animales silvestres es precisamente en el bosque, su hábitat. 

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