viernes, 5 de abril de 2013

Andrea


La estoy viendo desde el pasillo de enfrente, me dice:"me siento mal" con los movimientos de su boca, no emite ningún sonido.

Hoy por la mañana ordenó que se lavase el tanque de almacenamiento de agua, y se le dijo que no era posible, debido a que la tapa del desagüe estaba atascada. Inisitió: "Intentalo  de nuevo, no puede ser".

Se ocupó de algo más, pero no dejó de pensar en esa tarea. Yo fui a intentarlo también, ciertamente la tapa estaba adherida quizá debido al óxido del metal, esa es tarea para un albañil forzosamente habrá de romperse el desagüe y poner una pieza nueva.

Sentí el peso de mis años, y la falta de hábito de realizar esos movimientos. Cesé en silencio, sin provocarme ninguna otra reflexión, más que si estaba duro el asunto.

Andrea, tan como siempre, empecinada, pareció no prestar interés y salió a otros quehaceres, pero en un descuido, se asomó a intentarlo ella también, no quiso quedarse sin averiguar si en realidad estaba difícil.

Eso no es nada raro, estoy acostumbrado a que sea imprevisible.

Se acercó, a donde yo embobado en el ordenador, me entretenía. "Abrázame", pidió, dijo que le faltaba la respiración. Respondí que era normal que tomase un breve descanso. Y pasaría. Me ofrecí a llevarme de ese lugar al pequeño Ramsés, para que descansase completamente. Un poco despúes pronunció: "Todo por ir a ver si yo podía levantar esa tapa".

Me dio coraje, tristeza y no sé si algo más, no quise excederme en el regaño. ¿para qué?, de cualquier forma, ella ya debe saber que no es bueno que sea tan, como dicen los sureños, de este tipo de mujeres "calzonuda".

Me desaparecí... llevé a Ramsés, fuimos de visita con la abuela, volvimos a la hora.

Andrea estuvo acostada y pidió que la llevase al médico. Ya había adelantado la cita.

Estoy ahora pensando, que porque siempre es tan  "contreras" y a pesar de que ya sabe que tiene que extremar precauciones, cinco meses de embarazo, podrían terminar trágica mente  y todo debido a su imprudencia.

Con sus ojos me dice: "no me digas algo", pienso que piensa. "¿porqué seré así?

Yo recuerdo que mi abuela también tuvo un parto fallido, otra conocida una caída, en ambos casos, el producto se perdió.

Se pone de pie acercándose me dice: "me siento mal", "por favor dile al doctor que me atienda ya".

Tomo el celular e interrumpo la consulta, me responden, son los siguientes.

No quiero pasar con ella, siento un poco de coraje, pero al final  la acompañaré. No puedo hacerle más caso ami berrinche.

La atienden, muy pronto le médico le hace saber que no hay alteración en la  gestación, que pierda cuidado, le pregunta los detalles del caso.

Yo, un tanto en broma, le digo al médico, buscando complicidad,

- "¿Le puedo dar un su zape, pa que se aliviane?".
- Nada de eso, me dice. "ni con el pétalo de una rosa".

Salimos, respira, acudimos a surtir los analgésicos.

Estoy aliviado, de que no haya cambiado el rumbo del destino del baby, que está por venir.

3 comentarios:

  1. Deseo que todo vaya bien sin las imprudencias de Andrea.

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  2. a veces me torno muy egoista pensando en todas esas pericias de ser mamà...
    luego veo esas fantasticas fotos, y anécdotas con todo y malestares o agobios...

    es un triunfo eso de traer vida a este mundo tan podrido...
    mientras tenga noticias de bebes en camino yo aún le tengo fe al mundo

    ;)

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