miércoles, 6 de febrero de 2013

¿Cambiar el chip?

Cambiar el chip, es como la consigna de modo para cierto tipo de personas, dentro de ese tipo quizá este yo.

Una voz interior nos dice cambiar el chip, urge.

Es cierto- claro de lo de la voz interior, es solamente una forma de escribir o decir las cosas, - la convivencia en sociedad y los cánones de actitudes que nos envía la industria, ajustarnos al esquema de la gente bien, feliz, nada complicada, afectiva, sumisa y encima de todo candorosa.

Siendo pensantes, nos debería valer madres, pero por la urgencia de agradar a alguien, o algunos ...terminamos aceptando que no somos gente normal.


Y uhhhhh es entonces que inicia la desazón y el viacrucis personal pues, a veces está tan arraigados los hábitos de algunas décadas y desandar el camino, aprender nuevas rutas, recomenzar para reinventarte, es un teorema desconocido.

De pequeño, la amiga de mi hermana un tanto mayor se iría muy lejos, había una amistad no profunda, ella jugaba a que era su novio, y yo, ni edad para eso tenía. El día en que se despide, me pide un abrazo y me negué, le dije así que te vaya bien, pero sin un abrazo mío.

A solas, mi madre me reprendió  diciendo, que descortés eres: naturalmente ella tiene quien la abrace y mucho. Naturalmente, mi pensamiento fue, pues por lo menos un poquito de felicidad, una minirayita se lo negué.

Ese comportamiento ha sido recurrente, si la persona de mis afectos tiene  cien piezas de su rompecabezas de su felicidad y yo soy el número 99, no me hace sentir único e imprescindible, pienso si desaparezco, su rompecabezas no estará completo.

Es tonto, lo sé, ya que en este mundo todos somos circunstanciales, es decir nadie es indispensable. Pero no puedo razonar de otra forma, manifiesto mi pobreza afectiva, mi veneno me corroe, de donde me viene, no lo sé, solo reconozco eso, que demando sentirme elegido, palomeado, original, irrepetible.

Cada persona también debería proponerse cambiar el chip, porque si el uno por ciento del total, lo hace, el 99 sobrante y que será mayoría, contaminará y obstaculizará la felicidad de ese pequeño grupo.

No crees, asi funciona.
o no?

No será que en vez de querer cambiar el chip, mi chip, para agradar a la gente, la gente tendría que cambiar para que yo les caiga bien.


2 comentarios:

  1. Eso de adaptarse cuesta mucho trabajo, pero más cuesta cambiarse el chip. Ser lo que otros quieren que seas no lo que tu quieres ser me pasa más seguido de lo que quisiera.

    Saludos Pedro Infante.

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  2. Los que no se adaptan se extinguen, y a veces elegimos extinguirnos antes que renunciar a nuestra esencia - obvio - como dicen terco más que las mulas!!!!

    saludos

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